
El enfrentamiento entre la ANFP y el Sifup, organizaciones fundamentales para el desarrollo del fútbol chileno, ha escalado tras recientes declaraciones y comunicados que dejan en evidencia una profunda división. La controversia comenzó con las declaraciones del presidente del Sifup, Gamadiel García, quien cuestionó a la ANFP y sembró dudas sobre la realización de la Supercopa, lo que provocó una dura respuesta del organismo encabezado por Pablo Milad.
En un comunicado emitido por la ANFP, se señaló que Gamadiel García y el tesorero del Sifup, Luis Marín, «dejaron de ser interlocutores válidos» para la asociación. Según el documento, esta decisión se fundamenta en las «constantes amenazas y descalificaciones personales» de los dirigentes sindicales hacia el directorio de la ANFP. Además, anunciaron que se emprenderán «acciones legales pertinentes» para enfrentar la situación.
La ANFP también pidió a los representantes del Sifup «transparentar sus reales intenciones», argumentando que los futbolistas profesionales están entrenando y cumpliendo con sus obligaciones en sus clubes sin inconvenientes, a pesar de que el Sifup anunció una paralización hace más de diez días.
En un intento por buscar una solución al conflicto, la ANFP informó que solicitó a la Dirección del Trabajo iniciar un proceso de mediación, ya que considera inviable establecer un diálogo con los actuales dirigentes del sindicato.
El distanciamiento entre ambas entidades genera incertidumbre sobre el futuro de las competiciones y pone en evidencia la necesidad de resolver esta disputa para garantizar el bienestar del fútbol nacional.